Es emocionante compartir recetas de platos que podrían parecer inusuales pero que son, en realidad, maravillosos manjares en distintas partes del mundo. Hoy tengo el placer de presentarte un plato que es probable que te haga elevar una ceja al principio, pero te prometo que la experiencia culinaria que te espera es verdaderamente sublime. Así que abre tu mente (y tu paladar) a la sorprendente delicia de las ancas de rana.

Las ancas de rana son un alimento muy popular en algunos países, especialmente en Asia y en algunas partes de Europa, a pesar de que pueden parecer inusuales en otras partes del mundo. Estos muslitos de rana son una comida muy valorada en lugares que acabo de mencionar, y cocinarlos de la manera que te voy a enseñar te permitirá apreciar y experimentar un poco de estas culturas a través de su comida.

Más allá de los prejuicios que podrías tener, este plato es un verdadero tesoro culinario. Las ancas de rana son bajas en grasa y altas en proteínas, y poseen una textura suave y un sabor delicado, que a menudo se compara con el del pollo.

Ahora bien, para darles un toque occidental a las ancas, las prepararemos fritas en aceite de oliva y con un suave rebozado. Las aromatizamos con ajo, eneldo y romero y obtendremos una fusión perfecta de sabores, con una textura crujiente por fuera y tierna por dentro.

Si este es el tipo de aventura culinaria que te emociona, te animo a que también eches un vistazo a otras dos recetas que comparten este espíritu de diversidad: el Arroz Frito Chino, que ya lo conocemos en casi todo el mundo, o las Patatas a la Huancaína, un plato clásico de la gastronomía peruana.

Ancas de rana

    • Kcal
      108
    • Grasas
      3
  • Comensales:
    4
  • Cocina:
    Mediterránea
  • Categoría:
    Recetas Fáciles
  • Preparación:
  • Cocción:
  • Tiempo total

Ingredientes

  • Ancas de rana – 15 unidades
  • Harina – 100 g
  • Huevos – 2 unidades
  • Aceite de oliva – 500ml
  • Ajo – 2 dientes
  • Sal y Pimienta
  • Romero – 1 rama
  • Eneldo – 1 rama

Cómo se preparan

  1. Para intensificar el sabor de las ancas de rana y permitir que los sabores se mezclen armoniosamente, vamos a comenzar preparando una marinada. Esta marinada no sólo enriquecerá el sabor de la carne, sino que también ayudará a suavizar su textura.
  2. Toma los dos dientes de ajo y machácalos hasta obtener una pasta. Mezcla esta pasta de ajo con tres cucharadas de aceite de oliva de calidad. A continuación, agrega sal y pimienta al gusto. Añade unas hojas de eneldo para un toque herbal refrescante y un poco de zumo de limón para una ligera acidez que balanceará la grasa del aceite. Si te encuentras con el tiempo apretado o prefieres sabores más suaves, puedes saltarte este paso, aunque su aporte al sabor final es significativo.
  3. Una vez preparada la marinada, sumerge las ancas de rana en ella y déjalas reposar durante una hora. Este tiempo permitirá que la carne absorba todos los sabores de la marinada.
  4. Mientras las ancas de rana están en la marinada, prepararemos un ligero rebozado que añadirá una capa crujiente a nuestro plato. Para ello, separamos las claras de dos huevos y las batimos hasta que estén espumosas. Reservamos esta mezcla para más adelante.
  5. A continuación, una vez que las ancas de rana hayan absorbido todos los sabores de la marinada, calentamos una cantidad generosa de aceite de oliva en una sartén. Cuando el aceite esté bien caliente, retiramos las ancas de rana de la marinada, las pasamos por la harina, asegurándonos de que estén bien cubiertas, y luego las sumergimos en las claras de huevo batidas y acto seguido a la sartén.
  6. Finalmente, una vez que las ancas estén doradas a la perfección, las retiramos de la sartén y las colocamos en un plato de servir. Para darle un toque final elegante y refrescante, decoramos el plato con cuartos de limón, eneldo picado y ramas de romero. Si prefieres, puedes sustituir el eneldo por perejil. Estos adornos no sólo hacen que el plato sea más atractivo visualmente, sino que también añaden capas adicionales de sabor.