Mientras las estaciones avanzan y los días cálidos hacen su aparición, nos apetece compartir recetas vibrantes y sabrosas, perfectas para disfrutar en un pícnic o que sean fáciles de transportar. Una de las propuestas que os traigo hoy, cortesía de nuestra colaboradora Ana, es este clásico internacional: Pollo frito. Sencillo y con ingredientes de andar por casa, este plato promete convertirse en uno de vuestros favoritos.
El pollo frito es una receta versátil que se adapta a diferentes estilos y gustos, pudiendo ajustar su preparación a diversas dietas. Por ejemplo, si deseas una opción más ligera, podrías rebozar el pollo solo con harina de avena y omitir el azúcar en el marinado, consiguiendo un resultado igual de delicioso pero con menos calorías.
El marinado es uno de los secretos de este plato, pues es lo que infunde al pollo ese increíble sabor y jugosidad. Aceite de oliva, zumo de limón, cebolla en rodajas y una pizca de azúcar maridan durante un par de horas en la nevera para después darle el toque final; un pollo dorado y crujiente por fuera, suave y jugoso por dentro.
Si buscas otras opciones para satisfacer tus antojos de pollo, te recomendaría que echaras un vistazo a la receta de Pollo al ajillo, que es un clásico en la gastronomía española o aprender como hacer pollo asado en el horno. Ambas son formas maravillosas de disfrutar esta versátil carne.
Pollo frito
- Kcal 315
- Grasas 15
- Kcal
- Comensales: 4
- Cocina: Internacional
- Categoría: Recetas con pollo
- Preparación:
- Cocción:
- Tiempo total
Ingredientes
- Pollos – 2 unidades
- Limón – 1 unidad
- Aceite para freír – 1 l
- Cebolla – 1 unidad
- Perejil – 1 rama
- Harina de trigo – 300 g
- Pan rallado – 100 g
- Azúcar – 1 cucharada
- Sal y Pimienta
Cómo se prepara
- El proceso para realizar el pollo frito comienza mucho antes de que se encienda el fuego. Primero, debes prepararlo. En caso de que el ave aún tenga algunas plumillas adheridas a su piel, es necesario chamuscarlas suavemente para retirarlas. Una vez realizado este paso, procederás a seccionar el pollo en pedazos de tamaño mediano, una tarea que requiere de un buen cuchillo de cocina y algo de habilidad.
- A continuación, sitúa los trozos de pollo en un recipiente profundo. Es el momento de marinar el pollo, un proceso que impregnará la carne de sabores y asegurará que el resultado final sea jugoso y delicioso. Rociamos los trozos con un generoso chorro de aceite de oliva, seguido por el jugo de un limón exprimido fresco. Añadimos un toque de sal y pimienta para sazonar y luego incorporamos la cebolla cortada en rodajas finas. Para terminar el marinado, esparcimos una cucharada de azúcar por encima. Cubrimos el recipiente y lo guardamos en el refrigerador durante un par de horas, permitiendo que los sabores se mezclen y penetren en la carne.
- Pasado este tiempo, el próximo paso será calentar suficiente aceite en una sartén grande y profunda, ideal para freír. Mientras el aceite toma temperatura, aprovecharemos para preparar nuestro rebozado, combinando la harina y el pan rallado en un recipiente separado, mezclando bien hasta que ambos ingredientes estén perfectamente integrados.
- Ahora, es momento de freír nuestro pollo. Sumergiremos cada pedazo en la mezcla de harina y pan rallado antes de introducirlo suavemente en la sartén con aceite caliente. Mantendremos el fuego bajo durante los primeros 10 minutos, tiempo suficiente para que el pollo se cocine de forma uniforme sin quemar el rebozado.
- Tras este periodo inicial, subiremos un poco el fuego y seguimos friendo hasta que el exterior del pollo adquirirá ese dorado crujiente que es sello distintivo. Muy importante vigilar de cerca para evitar que se queme.
- Finalmente, llega el momento de la presentación. En un cesto de pan forrado con hojas frescas de lechuga, iremos disponiendo los pedazos de pollo recién fritos. Espolvorearemos perejil picado por encima para añadir un toque de color y frescor. Ahora, solo queda disfrutar de este irresistible pollo frito.
