¡Hola amante de los postres! Bienvenidos nuevamente a nuestro dulce rincón culinario. Hoy os traigo una receta muy especial de mi abuela, el Bizcocho de Calabaza. Esta maravillosa delicia destaca por su sabor cálido y dulce, ideal para los días más frescos o simplemente cuando queramos disfrutar de un bocado reconfortante. La calabaza, ese vegetal humilde pero maravilloso, proporciona un dulzor natural y una textura increíblemente suave a nuestro bizcocho.

Estoy segura de que os fascinará esta receta, pero antes de comenzar, os invito a echar un vistazo a otras dos recetas de postres que tenemos en nuestro blog: los Crepes Caseros y los Panqueques Esponjosos, perfectos para un desayuno completo. Ambos son postres exquisitos que seguramente querrás añadir a tu repertorio de recetas.

Ahora, volvamos a nuestro protagonista de hoy. Lo que me encanta de esta receta es que se trata de un dulce sencillo pero lleno de sabor y textura. Además, la calabaza es un ingrediente muy saludable, rica en vitaminas, minerales y fibra.

Esta receta requiere algunos ingredientes básicos y una preparación sencilla. Pero como siempre, te animo a poner tu propio toque en ella, ya sea experimentando con las especias o añadiendo un glaseado cremoso por encima.

Bizcocho de Calabaza de la Abuela

    • Kcal
      345 kcal
    • Grasas
      21 g
  • Comensales:
    8
  • Cocina:
    Española
  • Categoría:
    Postres Caseros
  • Preparación:
  • Cocción:
  • Tiempo total

Ingredientes

  • Calabaza – 400 g
  • Azúcar – 100 g
  • Mantequilla – 100 g
  • Huevos – 3 unidades
  • Almendras trituradas – 100 g
  • Harina de repostería – 100 g
  • Polvo para hornear
  • Azucar glass – Para decorar
  • Ralladura de un limón

Preparación del Bizcocho

  1. Comenzaremos esta aventura seleccionando nuestra calabaza. Necesitaremos 400 g de pulpa de calabaza, esto es, sin cáscara y sin semillas. Así que, con cuidado, nos deshacemos de las semillas y pelamos la calabaza. Una vez la tengamos limpia, procedemos a cortarla en cubos y la colocamos en una olla con abundante agua, donde la cocinamos durante unos 20 minutos hasta que esté bien suave.
  2. Mientras la calabaza se cocina, batimos la mantequilla hasta que se convierta en una pasta suave. (si está muy fria la puedes introducir medio minuto en el microondas). Cuando la calabaza esté lista, la trituramos junto con la mantequilla hasta obtener una pasta homogénea.
  3. Una vez tengamos nuestra mezcla, incorporamos el huevo previamente batido, el azúcar, la almendra triturada, la harina, una pizca de sal, el polvo de hornear y por último la ralladura de limón. (Si no te gusta el limón, puedes echarle un poco de vainilla) Mezclamos bien nuestra masa con una batidora para que no queden grumos y la echamos en un molde previamente engrasado con mantequilla. Si el molde que utilizas lo heredaste de tu abuela y tienes la sospecha de que pueda pegar, te recomiendo que lo cubras con papel vegetal.
  4. Con nuestro horno precalentado a 180º y la masa lista, preparamos el molde. Recomendamos utilizar mantequilla en spray para engrasar el molde, pero si no la tenemos a mano, restregar un poco de mantequilla en pomada directamente sobre la superficie será suficiente. Si el molde es algo viejo, un truco útil es espolvorear un poco de harina sobre la mantequilla para asegurar que nuestro bizcocho no se pegue.
  5. A continuación, introducimos el molde en el horno durante unos 20 minutos. El tiempo de cocción puede variar dependiendo de varios factores como el horno o el molde, por lo que recomendamos hacer la prueba del palillo. Si al insertarlo en el centro del bizcocho sale limpio, es señal de que nuestro bizcocho está listo.
  6. Por último, desmoldamos nuestro bizcocho encima de una rejilla y dejamos que se enfríe completamente. Para darle un toque final, sugerimos espolvorear un poco de azúcar glass por encima, dejamos enfriar y listo para comer.